El éxito de una relación de tutoría depende del entendimiento entre los implicados. Tanto el mentor como el alumno deben comprender los valores y expectativas del otro para tener éxito.
Una relación formal de tutoría necesita una estructura básica y sólida para lograr un resultado determinado. Para ello, es esencial tener en cuenta cuatro fases secuenciales que dependen unas de otras y que también deben tener una definición temporal (no igual para todas las fases): 1. preparación; 2. iniciación, 3. desarrollo y 4. maduración, cierre.
Fuente: Mindshift Talent Advisory
Preparación
Crucial para cualquier relación de tutoría, esta es la fase en la que se prepara la relación de tutoría. En los contextos organizativos, existen algunas formalidades y técnicas básicas para emparejar a mentores y alumnos, que se basan principalmente en el perfil del mentor y el alumno para establecer una correspondencia entre los intereses y las áreas de mejora que necesita el alumno.
Iniciación
Esta fase puede enmarcarse en una o dos reuniones, dependiendo de lo que consideres importante conseguir. Pero antes, debes establecer un vínculo con tu alumno. En esta fase debes incluir la firma del *acuerdo de tutoría..
Se trata de un documento formal en el que se describen las expectativas, las normas, los límites, los objetivos y el calendario de una relación de tutoría. Descargue las siguientes plantillas de acuerdos para obtener más información
Desarrollo y maduración
Esta fase agrupa las etapas de intercambio de información, establecimiento de objetivos, trabajo para alcanzar los objetivos y profundización del compromiso. En la tercera fase establecerá un plan para las sesiones de tutoría, incluido el número de sesiones necesarias para alcanzar los objetivos y propósitos de su tutelado.
Cierre
Una vez que el alumno ha alcanzado la meta y los objetivos que ambos se han fijado, la relación de tutoría finaliza (fase de cierre). Tras la relación de tutoría, puedes seguir ofreciendo oportunidades.
Fuente: Mindshift Talent Advisory